Pasión nocturna (Prosa Poética)
En noches oscuras, cual abismo infinito, sorprenden las caricias de las estrellas, poesía de luz que callan los secretos de amantes almas, que bañadas en suspiros salpican con besos al cielo, cómplice y cálido nido que cubre sus cuerpos trémulos de pasión.
La noche se llena de magia, las almas gravitan hechizadas, los cuerpos les consumen el deseo y rompe el profundo silencio el viento, con los gemidos y los te quiero.
El cielo no revela lo que a la quietud perturba... la elevación de almas alcanzando la gloria y en el lindero de lo posible flotan: los… ¡Te amo!... ¿Me amas?... ¡Nos amamos!
Rompe la danza y complicidad de la pasión nocturna la llegada de la aurora, grácil y delicada. Las almas con sus cuerpos llenos, cansados y sudorosos, empiezan a descender al suelo, acariciados por el sol, rayos de vida.
Sorprendidos los amantes se miran y sus fuentes, que aun mojan sus cuerpos, intentan iniciar, de nuevo, el fuego…Sus almas acallan el deseo, se detienen, pero permanecen aun las ansias de continuar la poética danza de sus cuerpos.
Bajo el nuevo día caminan silenciosos, llevan en sus cuerpos la chispa del fuego y en el recuerdo los besos del cielo, los gemidos, los temblores y deseos, donde la pasión nocturna susurró, sus ¡Te quiero!... ¿Me amas?... ¡Nos amamos!
La vida se viste de cotidiano, dormitan los deseos, cumplen su papel y ocultan anhelos. El día acompaña lo que de ellos se espera y transitan en el diario trajín.
Las miradas, cual imán, se repiten hacia el reloj, como si aquel fuese el carcelero y poseedor de las llaves de sus prisiones.
Las horas, por ser esperadas, pasan lentamente, la impaciencia se oculta en la vorágine del deber.
Poco a poco el ocaso anuncia su llegada, liberan las almas, se visten de fuego y se repite el sortilegio, de besos de cielo, gemidos, temblores, deseos y los ¡Te quiero!... ¿Me amas?... ¡Nos amamos!
HoneyRocío
2008
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